sábado, 28 de noviembre de 2015

Algo personal

Regreso a las calles que me vieron crecer, mentalmente vuelvo a sentirte, retazos de recuerdos invaden mi mente, mis ojos se llenan de lágrimas cuando la imagen de un niño que juega con sus amigos en el monte lanzándose a un columpio fabricado en cuerda y un palo a modo de asiento, invade mis recuerdos.....que feliz era cuando el chándal machado de hierba era la máxima preocupación en un niño. Cuanto se añora las tardes de verano, aquellas que transcurrían en alguna ladera del pueblo, con una paja en la boca fingiendo ser cigarrillos o los días de playa donde uno se dedicaba a correr por la orilla salpicando a las personas mayores y buscando otra cuadrilla de chicas con las que tontear.
Cuanto hecho de menos ser un niño, cuanto hecho de menos correr por el monte haciendo cabañas... de bajar la cuesta de la muerte con una vieja bicicleta con el único freno de meter la puntera de la zapatilla entre el cuadro y la rueda....de tirarme en goiti-behera con la sola indicación de un amigo que gritaba si se acercaba algún coche, mientras uno bajaba tumbado en el chasis de madera con los rodamientos aullando en el asfalto y las zapatillas, Las mismas que usábamos para parar las bicis, Servían nuevamente de freno....De jugar un partido de futbito haciendo de porterías los árboles de la alameda o los bancos de Isidro setien....De lanzar a porterías imaginarias o trazadas con tiza en cualquier pared.....De saltar al agua desde San Juan y cruzar el puerto a nado hasta San pedro o los días más osados, cuando me lanzaba al agua desde puntas...
Pero a igual que se añora lo bueno, lo malo se queda pegado como el galipó al cuerpo, adherido a tu piel y tu corazón, marcando los pasos de lo que en un día te convertirás....recuerdo muy bien cuando mi madre me mando tirarme al suelo mientras intentaba que no viera como un grupo de personas increpaba contra mi padre en una manifestación en contra de los sindicalistas españoles, jamás se me olvidará el tener que borrar las pintadas en su contra escritas por el pueblo, siempre fue para mi motivo de risa el día que alguien nos encerró en casa atando una cuerda desde la puerta de casa a la baranda de las escaleras hasta que fui consciente de los motivos,  eran los ochenta y una familia española con acento andaluz fue a vivir a uno de los pueblos más rancios políticamente hablando....
Fui un día paseado con un cartelito que rezaba ESPAÑOL por un grupo de niños algo mayores que yo....y yo no comprendía el arranque de ira de mi madre que me decía a gritos que me fuera para casa, mientras luego se encaraba con la madre de uno de ellos..
La sensación de no encajar, la triste sensación de tener que ser alguien que no quieres pero que debes, si quieres tener amigos en la adolescencia, por que el círculo social giraba en torno a lo político....
Pero no todo lo que soy, ni mi carácter al completo se debe a lo político, esta, por supuesto, el coqueteo con la droga, la edad pide acción y en mi caso fue las drogas, desde lo fumado a lo inhalado y tragado.....por supuesto, esto último fue mi decisión y nadie me obligó. Largas noches de fiestas y no tan festivas en el local amenizaron mi juventud, hasta que las cosas se empezaron a ir de madre con malos viajes, los cuales me pusieron al borde del precipicio y la decisión era clara.... O acabo mal....o dejo a mis amigos, amigos de la infancia, de los que pase las tardes en las cabañas, columpios y playas.
Y aquí estoy, sentado en un parque junto con mis dos perros y siendo padre de de una niña preciosa y un niño por nacer en breves, con 38 años y marido de una mujer maravillosa mientras pienso....porqué hecho de menos lo que dejó atrás sin pararme a pensar lo que pasa a mi alrededor, en mi, en mi familia y amistades sinceras lejos de donde crecí en estos momentos? Porque siento tristeza por algo que disfruté??  La respuesta es sencilla, todo tiempo pasado es mejor porque el presente es incertidumbre y el futuro incierto. Pero ahora que lo escribo todo, las cosas pasadas adquieren menos importancia y pienso....si cada paso que di en la vida me ha conducido a este momento, no me arrepiento de nada, ni de mis aciertos y por supuesto de mis errores, porque de los aciertos se disfruta y de los errores se aprende.