viernes, 16 de agosto de 2013

EL tren

Saco el billete de tren de mi bolsillo y observo que número de vagón tengo asignado, lo miro una y otra vez tratando de memorizar el número pero es imposible,  Mis pensamientos se han apoderado de mi mente, retales de recuerdos que se agolpan en mi cabeza y que me impiden pensar. Paseo mentalmente por su playa pequeñita y recuerdo las mañanas de carrera por su precioso monte, pero he de aplicar la lógica y la lógica me ha conducido a esta estación, donde espero sin quererlo el tren del cambio.

Retorno nuevamente a una de las ciudades que me vio crecer como persona, a la que siempre le estaré agradecido, pero algo es distinto está vez, siento que ya no es el sitio ni el lugar donde quiero trabajar, "aplica la lógica" me digo una y otra vez "tienes que ir donde está el sustento de tu familia " repito. Un silbato suena a lo lejos y hace que retorne de mis pensamientos, miro la estación pequeña y solitaria, es noche cerrada y una débil niebla impide ver con claridad, la luz de las farolas de color anaranjado se difumina con el negro de la noche, la estación es antigua, de arcenes adoquinados, pilares de hierro que se remachan en su parte superior con las crucetas del mismo material, las cuales soportan el peso de la tejabana gris.......otro silbido suena en la lejanía.....me giro y observó las paredes de color marrón claro, me fijo también en los marcos blancos de sus enormes puertas la cuales crujen cada vez que se abren y me doy cuenta de que todo lo cubre una fina capa de hollín, "que triste son los cambios no deseados, tan triste como está estación " pienso.

"¿Pero por qué no quiero volver al lugar al que siempre he querido ir a trabajar? La respuesta es obvia, porque me han quitado las ganas, unos personajes jugando a ser superiores me han arrebatado laboralmente hablando todo". Una luz comienza a dislumbrarse en la lejania, saco las manos de los bolsillos el tiempo necesario para alzar Mi petate y echarlo al hombro, me coloco el cuello de la cazadora y escupo al arcén con gesto de desdén, un halo de baho sale por mi boca el cuál observo un momento antes de regresar a mis pensamientos. "serán hijos de puta? Que tipo de persona puede amargar a otra escudándose en la superioridad de rango, mermandolo psicológicamente hasta el punto de hacerle pensar que su oficio es una miseria, que lo que tanto se proclama a los cuatro vientos es mentira, que la arbitrariedad impera y si quieres vivir  más vale que te apliques bien de vaselina o te compres un buen par de rodilleras.......... Pues bien...........yo no quiero vivir bien, quiero vivir tranquilo, acostarme cada día sin sentirme sucio ".

La locomotora  hace entrada en la estación, como un monstruo desbocado que lucha por contener su rabia soltando chorros de vapor por sus laterales y con un continuo chirriar y golpes entre vagones, lucha por perder velocidad.  Aprovecho para ver el número de vagón,  el tren se detiene por completo y abre sus puertas, busco el mio y entro. Un calor intenso se apodera de mi cara, escudriño el interior en busca de  Mi compartimento,  entro a toda prisa para arriar el petate y quitarme lo antes posible la cazadora. Una vez con menos calor alzó el petate al porta maletas y me siento en ventanilla, colocó Mi brazo en la Junta del marco y observo el interior. Es pequeño,  de madera marrón oscuro las paredes y dos grandes asientos de cuero color verde oliva rematados con remaches dorados. Me encuentro sólo en el tren, así que me dedico a mirar fuera y a pesar de no poder ver nada, continuo mirando, la nostalgia regresa a mi mente.....playa, monte, verde y olor a sal me vienen a la cabeza......... Un silbido largo y un empujón que hace temblar el viejo tren....... "Esto se mueve "......"algún día haré el viaje de vuelta para no volver a marchar, ahora toca resignación y adaptación " me digo.

Me siento igual que un perro al que han golpeado demasiado y ya no se fía, ni espera nada de nadie, siento que ahora sé cuando sacar los dientes y morder cuando sea necesario morder , donde y como hacerlo y eso me tranquiliza.

En fin, el tren del cambio está en marcha y algún día realizare el mismo trayecto pero a la inversa,  y ese día.........seré feliz.